Hoy, más que nunca, en nuestra vida hiperconectada, la correcta elección entre las muchas ofertas de conectividad disponibles puede influir de forma determinante en muchos aspectos de nuestra experiencia online. Los planes de fibra y móvil no solo determinan la velocidad y estabilidad de nuestra conexión o la cantidad y tipología de servicios extras incluidos, sino que también pueden afectar cómo se gestiona la dirección IP de nuestra conexión a Internet y con ello nuestra seguridad, privacidad y calidad de nuestros servicios online.
En este contexto saber cómo funciona la asignación de direcciones de Protocolo de Internet IP y si el tipo de conexión a Internet contratado tiene algún impacto en la IP es importante para comprender mejor nuestra seguridad y privacidad online. Además, dependiendo del plan de fibra y móvil ofertas que hayamos elegido, es posible que el proveedor nos ofrezca opciones específicas en cuanto a la gestión de la dirección IP, así como soluciones y recursos para evitar posibles problemas de conectividad o restricciones de acceso.
Antes, sin embargo, de entrar en detalles sobre la relación entre la conexión a Internet contratada y la IP, es esencial entender qué es una dirección IP.
¿Qué es una dirección IP y para qué sirve?
La dirección IP (Internet Protocol) es una secuencia de números única que identifica a cada dispositivo conectado a Internet. Funciona de manera similar a una dirección postal, ya que permite que los datos lleguen correctamente a su destino, es decir a nuestros dispositivos. Sin una IP, sería imposible navegar por la web o realizar cualquier tipo de comunicación online.
Cuando contratamos un servicio de Internet, nuestro proveedor nos asigna una dirección IP.
Esta asignación puede ser dinámica (cambia periódicamente) o estática (permanece constante). La mayoría de los proveedores utilizan direcciones IP dinámicas para usuarios residenciales, es decir particulares, mientras que las IP estáticas suelen reservarse para empresas o servicios específicos, pues al no cambiar facilitan ciertas configuraciones, como el acceso remoto a servidores o cámaras de seguridad. Eso sí, como cliente particular, si necesitas una IP estática, puedes solicitarla específicamente a tu proveedor.
¿El tipo de conexión afecta a la IP?
El tipo de conexión no determina directamente la dirección IP, es decir, el hecho de que una IP sea IP dinámica o IP estática no depende directamente de si has contratado fibra óptica, ADSL o cualquier otro tipo de conexión, pero si tiene relación con la configuración y servicios adicionales que ofrece el proveedor y puede influir en la calidad y estabilidad de la navegación.
La dirección IP del móvil y la dirección IP de fibra óptica son siempre, en general, direcciones IP dinámicas, aunque en algunos casos muy concretos es posible contratar una IP fija para la conexión de nuestra empresa, por ejemplo. No es habitual, sin embargo, que los operadores móviles ofrezcan IP estáticas para este tipo de conexiones, ya que su movilidad inherente requiere flexibilidad en la asignación de direcciones.
CG-NAT: Soluciones eficientes para la conectividad en redes modernas
/>Además, la fibra óptica es compatible tanto con el protocolo de Internet IPv4 e IPv6, este último el más reciente, aunque todavía de acceso limitado. También es compatible con CG-NAT (Carrier-Grade Network Address Translation o Traducción de Direcciones de Red a Nivel de Operador), una tecnología que aborda la escasez de direcciones IPv4. El CG-NAT permite que múltiples dispositivos conectados a Internet, de usuarios diferentes, compartan una única dirección IP pública, resolviendo la limitación del protocolo IPv4, el cual solo puede asignar hasta 3.706.452.992 direcciones públicas.
Los proveedores de telefonía utilizan el CG-NAT para asignar a los usuarios una IP privada, similar a las usadas en redes locales, que no son accesibles desde Internet, para luego, a través de un proceso intermedio, “traducir” esta IP privada en una IP pública compartida, la cual agrupa las conexiones de varios clientes. De esta forma, el CG-NAT actúa como un enrutador de toda la información, gestionando las peticiones de diferentes usuarios hacia la red pública y devolviendo los datos recibidos a cada cliente mediante el puerto asignado en su solicitud.
En este proceso, la información viaja desde nuestro dispositivo a través de nuestra red interna con la IP privada. Posteriormente, en el CG-NAT, se transforma en una IP pública compartida para interactuar con internet. Luego, la respuesta regresa al usuario correspondiente, a través del CG-NAT que la dirige a la IP privada correspondiente.
En términos generales, esta práctica no afecta el funcionamiento cotidiano de las conexiones de los clientes. Sin embargo, puede presentar limitaciones para aquellos que necesiten abrir puertos específicos o acceder remotamente a dispositivos en su red local, como servidores o equipos en remoto.