En 2025, el 25% de las conexiones globales de datos serán 5G, frente al 8% de finales de 2021, según las previsiones de GSMA que también apuntan que esta mayor implementación tendría mayor incidencia, incluso, en Europa, Norteamérica, China y algunos países asiáticos, donde el porcentaje de penetración del 5G sería mayor para esa fecha.
Entre las principales consecuencias de la expansión del 5G, GSMA apunta a un mayor consumo de datos por parte de los usuarios y si, en estos momentos, el tráfico de datos por smartphone en un mes es, de media, de 11,4Gb, los pronósticos para el 2027 lo sitúan en 41Gb, tres veces más.
Y es que según la organización que agrupa a la industria de las telecomunicaciones y que organiza el MWC de Barcelona, a medida que la población tenga acceso al 5G, se producirá un aumento significativo del consumo de streaming, favorecido por una caída fulminante de los tiempos de descarga que pasarán a ser inapreciables.
También se espera que crezcan el uso de servicios remotos de salud, la televisión de ultraalta definición (4K/8K) y el uso del 5G como banda ancha en el hogar.